El Castillo de Escalona, centinela del Alberche
Nuevamente, hemos tenido la oportunidad de participar en el programa de la Diputación de Toledo, ‘12 meses, 12 castillos, 12 experiencias’, en esta ocasión, visitando el impresionante Castillo de Escalona, que, tras su adquisición municipal y una fase de consolidación de sus ruinas, renace como un motor cultural y económico para la localidad y en el que en diferentes pases, Los visitantes pueden explorar el recinto a través de visitas guiadas, descubriendo su arquitectura y la historia que atesoran sus muros .
Vayamos a la visita…
Tras la apertura de puertas, Alma, una peculiar habitante capaz de viajar en el tiempo gracias a un mágico reloj, nos llevará por la primera parte de la visita al castillo, a través de la historia escondida entre sus muros, hasta la aparición del segundo personaje de la historia, el infante Don Juan Manuel, autor de la obra cumbre de la literatura medieval castellana, El Conde Lucanor, que convirtió Escalona en un importante centro cultural y político. El infante Don Juan Manuel nos llevaría a través de las historias del libro, en concreto involucrando al público y escenificando una curiosa, y muy divertida, versión del segundo cuento del libro: «Lo que sucedió a un hombre bueno con su hijo».
Tras ello, un nuevo personaje, Nuño, nos abriría las puertas de entrada al enorme patio de armas del castillo, no sin desconfiar por completo de los extraños visitantes que acompañaban a Alma en su periplo por la historia. Sería Don Álvaro de Luna, condestable de Castilla, gran maestre de la Orden de Santiago y valido del rey Juan II de Castilla quien aparecería en una de las ventanas del fastuoso palacio para invitarnos a conocerlo y a traspasar sus puertas.
Después de conocer las distintas áreas del interior del palacio y tener el primer contacto con la reina Isabel de Portugal, que saldría a darse un baño disfrutando de las esplendidas vistas del Alberche, en el interior del Palacio, un concierto de “Música de Palacio” a cargo del Cuarteto Soluna, en uno de los espacios más especiales del castillo.
Para finalizar con la visita, el rey Juan II de Castilla y su esposa, la reina Isabel de Portugal, nos invitarían a disfrutar del banquete de su enlace nupcial en la terraza alta del palacio, en donde disfrutamos de una cata de vinos con tapa, a cargo de la bodega Jesús Rodríguez de Santa Olalla, perteneciente a la D.O. Mentrida en la que, Don Álvaro de Luna, gran maestre de la Orden de Santiago ordenaba caballero de la orden a uno de los visitantes en una divertida ceremonia.
Como en otras ocasiones, la teatralización de la visita, ha corrido a cargo del Grupo de Teatro Atenea, que visita a visita, los actores que lo forma, demuestran su gran calidad interpretativa, con unas representaciones realmente fantásticas.
Pero…, hablemos del Castillo…
Dominando el paisaje junto al río Alberche, el Castillo de Escalona ha iniciado un nuevo capítulo en su larga existencia. El Ayuntamiento de la localidad ha abierto recientemente las puertas de la fortaleza al público, un hito que pone a disposición de ciudadanos y visitantes un monumento de gran valor histórico, tras siglos de propiedad privada y un progresivo deterioro.
Los orígenes del emplazamiento se remontan a asentamientos celtas y romanos, consolidándose como un punto defensivo clave durante el periodo musulmán. Su importancia estratégica entre Toledo y Ávila se mantuvo tras la Reconquista en 1083 por Alfonso VI. En 1281 se convirtió en señorío feudal, alcanzando un notable esplendor cultural bajo el infante Don Juan Manuel, autor de El Conde Lucanor, quien nació en el castillo.
Sin embargo, el periodo de mayor relevancia para la fortaleza llegó en el siglo XV, cuando el rey Juan II de Castilla lo cedió a su valido, Don Álvaro de Luna. El Condestable de Castilla transformó el recinto militar en un palacio de estilo gótico-mudéjar, convirtiéndolo en un centro de poder político paralelo a la corte real. Las crónicas de la época describen un interior lujoso que contrastaba con sus imponentes defensas exteriores, compuestas por una gran torre del homenaje y ocho torres albarranas.
La influencia de Álvaro de Luna despertó la hostilidad de una parte de la nobleza. La segunda esposa del rey, Isabel de Portugal, lideró una facción que logró minar la posición del Condestable. Finalmente, el monarca cedió a las presiones y ordenó su detención. Tras un juicio sumario, Álvaro de Luna fue ejecutado en Valladolid en 1453.
Tras su muerte, su viuda, Doña Juana Pimentel, se refugió en el Castillo de Escalona, resistiendo a las tropas reales. Desde allí negoció una rendición que le permitió conservar parte del patrimonio familiar, pasando a la historia con el sobrenombre de «la triste condesa».
El castillo inició entonces un largo periodo de decadencia. Sufrió daños severos durante la Guerra de la Independencia, cuando las tropas francesas expoliaron y destruyeron gran parte del palacio. Ahora, tras su adquisición municipal y una fase de consolidación de sus ruinas, el Castillo de Escalona renace como un motor cultural y económico para la región.