22 julio 2025
ActualidadCastillos de Toledo

El castillo de Consuegra, 8 siglos de historia en sus piedras

En esta nueva visita del programa “12 meses, 12 castillos, 12 experiencias únicas”, le llegaba el turno al castillo de la Muela en Consuegra. Vigía de gigantes, el castillo ha vivido dos pases en viernes y sábado, el viernes, pase al que yo he tenido el enorme placer de asistir, pase que contó con con una visita guiada por el interior del castillo a cargo de un responsable del área de turismo del Ayuntamiento de Consuegra, quien nos hizo un completo y muy amplio recorrido por la historia del castillo y de la comarca en la que se asienta; una cata de vinos musicalizada a cargo de la sumiller Isabel Peces, acompañada por tapas del restaurante ‘Los Jardines de Consuegra’, y el magnífico concierto en directo del dúo local Arthebrasmusic. La jornada finalizó con el taller de astronomía “Consuegra bajo las Estrellas”, impartido por el Observatorio Astronómico de La Hita, y en el que tuvimos el enorme privilegio de observar, a través de los telescopios instalados en la terraza del castillo, el ocaso de una estrella, además de diferentes formaciones estelares en una noche verdaderamente mágica.

Consuegra, una de las poblaciones más antiguas de la región castellanomanchega, destaca especialmente por su rica y multifacética historia que abarca desde los primeros asentamientos prerromanos hasta la época contemporánea.  Con un patrimonio que se articula alrededor de su imponente castillo y sus emblemáticos molinos de viento, la localidad cuenta con una trayectoria histórica testimonio de la evolución cultural y social de la península ibérica.

El castillo de Consuegra, también conocido como castillo de la Muela, es una fortaleza con más de ochocientos años de antigüedad y uno de los ejemplos más representativos de arquitectura militar medieval en España.

Entrada Castillo de Consuegra

Orígenes y primeras fortificaciones

La historia del castillo de Consuegra se inicia en tiempos prerromanos con los asentamientos íberos en el Cerro Calderico hacia el siglo VI a.C. Durante la época romana, este emplazamiento estratégico albergó la importante ciudad de Consaburum, que contaba con infraestructuras urbanas como termas, murallas, acueducto y circo, consolidándose como un nexo de comunicación crucial.

La construcción de la primera fortaleza documentada en el Cerro Calderico data del siglo X, durante el Califato de Córdoba. Almanzor reconstruyó una fortificación en este lugar como parte del sistema defensivo del califato. Trabajos arqueológicos recientes han confirmado este origen andalusí, documentando estructuras islámicas del siglo X u XI fosilizadas bajo las construcciones cristianas posteriores, lo que evidencia la importancia estratégica de Consuegra en la conexión entre Córdoba y Toledo.

La batalla de Consuegra y el cambio de manos

Un episodio crucial en la historia del castillo ocurrió el 15 de agosto de 1097, con la célebre Batalla de Consuegra. La fortaleza había pasado a manos cristianas ese mismo año, cedida por al-Mutámid de Sevilla a Alfonso VI. Sin embargo, las tropas almorávides, comandadas por Muhammad Ben al-Hach, derrotaron al ejército castellano-leonés de Alfonso VI. En este enfrentamiento, Diego Rodríguez de Vivar, hijo único del Cid Campeador, perdió la vida. Alfonso VI se refugió en el castillo, resistiendo un asedio de ocho días hasta la retirada almorávide.

El castillo fue recuperado definitivamente por los cristianos a mediados del siglo XII, durante el reinado de Alfonso VII, pasando por las manos de señores cristianos como Rodrigo Rodríguez.

La donación a la orden de San Juan y la gran reconstrucción hospitalaria

El hito más trascendental en la historia del castillo se produjo el 6 de agosto de 1183, cuando Alfonso VIII de Castilla donó la fortaleza de Consuegra y todo su alfoz a la Orden de San Juan de Jerusalén. Esta cesión, avalada por una bula del papa Lucio III, fue una contraprestación por los servicios de la Orden y tenía como objetivo estratégico la defensa de la línea de Reconquista en la frontera sur del río Tajo. Con esta donación, Consuegra se convirtió en la capital del Priorato de La Mancha y sede del convento principal de la Orden en la Transierra castellana.

Los caballeros hospitalarios emprendieron una ambiciosa reconstrucción, adoptando como modelo arquitectónico el Crac de los Caballeros de Siria, lo que explica las similitudes estructurales entre ambas fortalezas. El proceso constructivo se extendió por más de 350 años, desde mediados del siglo X hasta mediados del siglo XIII, consolidándose bajo la dirección sanjuanista. Este prolongado periodo constructivo permite identificar hoy en un solo edificio vestigios de tres castillos: el islámico original, las ampliaciones del siglo XII y la gran reconstrucción del siglo XIII.

Con una arquitectura hospitalaria singular, tiene un cuerpo central cuadrado y cuatro torres semicirculares ubicadas en el centro de cada lado, en lugar de en las esquinas. Esta disposición confiere un aspecto robusto e inexpugnable, con muros de 4,5 metros de grosor y torres de 30 metros de altura. El sistema defensivo era excepcionalmente complejo, requiriendo superar siete puertas para acceder al núcleo central de la fortaleza. El castillo contaba con tres recintos defensivos sucesivos, aljibes cubiertos por bóveda de cañón, una torre albarrana de origen árabe, sala capitular, ermita y jardines.
Castillo de la Muela en Consuegra

La época dorada y el declive

Durante los siglos XIII al XV, el castillo alcanzó su máximo esplendor como sede prioral, centro administrativo, defensivo y lugar de celebración de capítulos de la Orden. Albergaba dependencias especializadas como la prisión prioral, la capilla, una sala capitular y los archivos generales de la Orden, custodiando la documentación de todo el priorato de Castilla. El comendador de Consuegra ostentaba funciones político-representativas, administrativas y jurisdiccionales de gran relevancia.

Las ampliaciones y reformas del castillo continuaron a lo largo de los siglos. La última significativa se realizó en el siglo XVII para albergar una nueva ermita. A mediados del siglo XVII, durante el reinado de Felipe IV, el castillo fue escenario de una de las primeras conspiraciones políticas documentadas en España, cuando Juan José de Austria confinó en la fortaleza a Fernando de Valenzuela.

La historia del castillo sufrió un punto de inflexión dramático durante la Guerra de la Independencia. Las tropas francesas ocuparon la fortaleza entre 1809 y 1813, utilizándola como punto de apoyo estratégico. El 22 de febrero de 1809, el mariscal Sebastiani ocupó Consuegra, saqueando e incendiando la localidad. En septiembre de 1812, el castillo fue tomado por las tropas españolas, pero al retirarse definitivamente en 1813, las tropas napoleónicas volaron el edificio, dejándolo en ruinas. Esta destrucción implicó la pérdida irreparable de los archivos de la Orden.

Tras la destrucción bélica, el castillo sufrió un segundo golpe devastador con la desamortización de Mendizábal en 1836. Esta medida supuso la expropiación de las posesiones de la Orden y el abandono definitivo de la fortaleza, iniciando un proceso de deterioro que se prolongó por más de un siglo.

Recuperación y valor patrimonial actual

El punto de inflexión definitivo llegó en 1962, cuando el Ayuntamiento de Consuegra adquirió el castillo y, en 1963, también los molinos de viento, iniciando un proceso de restauración integral. En 1985, comenzaron las labores de restauración sistemática a través de la Escuela Taller, convirtiéndose en el principal proyecto de recuperación patrimonial del municipio. Estos trabajos han permitido recuperar aproximadamente el 50% de la fortaleza. Las restauraciones más recientes, parte de un Plan Director cofinanciado por el Ayuntamiento y el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, se han centrado en la consolidación de los lienzos exteriores y la rehabilitación del torreón norte.

En 2008, todo el conjunto del castillo y los molinos fue declarado Bien de Interés Cultural, reconociendo su excepcional valor histórico y cultural. Actualmente, el castillo es el principal atractivo cultural y turístico del municipio, utilizado para representaciones teatrales y eventos culturales, y ofreciendo visitas guiadas que permiten conocer sus más de ochocientos años de historia, desde el califato de Córdoba hasta la época contemporánea. El Castillo de Consuegra es un testimonio excepcional de la evolución de la península ibérica, desde sus orígenes como fortaleza califal hasta su papel como bastión de la Reconquista y sede de una de las órdenes militares más importantes de la Europa medieval.

El gran conjunto monumental, el castillo y los molinos de viento

El Cerro Calderico, una elevación caliza en el corazón de la llanura manchega, se erige como el escenario de uno de los conjuntos monumentales más emblemáticos de España: el Castillo de la Muela y sus doce molinos de viento. Este paraje, situado al sur de Toledo, simboliza la perfecta conjunción entre la historia medieval y la literatura universal de Cervantes.

 

Molinos del Castillo de Consuegra

Los molinos, un Conjunto de singular relevancia

Los doce molinos de viento que coronan el Cerro Calderico conforman uno de los conjuntos molineros más extensos y mejor conservados de España. Aunque originalmente existían trece, los doce actuales han sido bautizados con nombres extraídos de Don Quijote: Bolero (que alberga la oficina de turismo), Sancho, Rucio, Espartero, Mochilas, Vista Alegre, Alcancía, Cardeño, Clavileño, Caballero del Verde Gabán, Chispas y Mambrino. Cuatro de ellos —Bolero, Sancho, Rucio y Espartero— conservan la maquinaria completa y operativa.

El molino Sancho es particularmente notable por ser el más antiguo del conjunto, conservando mecanismos originales del siglo XVI. Fue el primero en ser restaurado empleando métodos y materiales de época. Durante la Fiesta de la Rosa del Azafrán, celebrada cada último fin de semana de octubre, el molino Sancho cobra vida con la tradicional «Molienda de la Paz», donde se muele trigo para obtener harina que se distribuye entre los asistentes.

Los molinos de Consuegra fueron construidos siguiendo el modelo de los molinos de torre holandeses de los siglos XVI y XVII. Su estructura comprende una torre cilíndrica de piedra con muros gruesos de mampostería, aspas de álamo, rueda catalina de encina y cúpula cónica. Su funcionamiento se basa en el aprovechamiento de las corrientes de aire del cerro. La construcción de estos molinos eólicos fue necesaria en La Mancha, cuyo topónimo árabe puede traducirse como «tierra seca», para procesar la vasta producción cerealista de la zona ante la escasez de corrientes de agua.

Molinos vistos desde el Castillo de Consuegra al anochecer

La Conexión con Don Quijote de la Mancha

Los molinos de Consuegra están íntimamente ligados a la literatura universal a través de la obra de Miguel de Cervantes. Aunque la atribución específica de estos molinos como inspiración para el famoso episodio del capítulo VIII de Don Quijote es objeto de debate, es innegable que representan fielmente el tipo de construcciones descritas por Cervantes.

En el célebre pasaje, Don Quijote percibe «treinta o cuarenta molinos de viento» y los confunde con «desaforados gigantes», decidiendo atacarlos en una de las escenas más icónicas de la literatura española. Esta aventura ha llegado a simbolizar la lucha idealista contra enemigos imaginarios, acuñando la expresión «luchar contra molinos de viento».

Los molinos de viento se han convertido en el símbolo identitario por excelencia de La Mancha, representando tanto la ingeniería tradicional como la imaginación literaria de Cervantes. Su fama internacional, derivada del Quijote, los ha convertido en uno de los destinos turísticos más visitados de España.

Eventos Especiales

La Fiesta de la Rosa del Azafrán, declarada de Interés Turístico Regional, se celebra cada último fin de semana de octubre desde 1963. Durante esta festividad, se puede presenciar la tradicional molienda de trigo en el molino Sancho, así como concursos de monda de azafrán y espectáculos de folclore nacional. Actualmente, Consuegra combina su rico legado prerromano, romano, islámico y medieval con una oferta turística basada en el castillo, los doce molinos de viento, y eventos como «Consuegra Medieval» (recreación de la batalla de 1097), junto a la mencionada la Fiesta de la Rosa del Azafrán.

Todo el conjunto fue declarado Bien de Interés Cultural en 2008, un reconocimiento que subraya su valor histórico y cultural excepcional. Los molinos y el castillo constituyen un patrimonio único que combina arquitectura medieval, ingeniería tradicional y memoria literaria, convirtiendo el Cerro Calderico en uno de los paisajes más emblemáticos y fotografiados de España.

Si quieres conocer el resto de castillos visitados hasta ahora, puedes hacer clic en los siguientes enlaces y te trasladarás a otras épocas a través de los castillos toledanos:

Castillo de Orgaz; castillo de Manzaneque; castillo de Guadamur; castillo de Peñas Negras en Mora; el castillo de Peñaflor en Cuerva; el castillo de San Servando en Toledo.

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