“No quieren que lo sepas” de Jesús Cintora se presentará en Seseña
Jesus Cintora es un periodista y escritor, autor de uno de los libros más vendidos en españa dentro de la categoría de no ficción, que ya va por su tercera edición.
En “No quieren que lo sepas”, el autor nos acerca a las realidades ocultas de la sociedad político-económica española incluyendo las “certezas” no contadas por muchos de los medios de comunicación que limitan la transparencia y la información de las verdades de nuestro país.
Una persona sencilla, fresca, transparente al que el próximo viernes 11 de noviembre se le podrá preguntar de forma presencial y sin tapujos ni limites acerca de todas estas cuestiones muchas veces ocultas y que pocos saben porque quizás “no quieren que lo sepas”, pues estará presentándolo en la Casa de la Cultura Pablo Neruda de Seseña a las 19:00h.
Un libro dedicado a lo más profundo y oscuro de nuestra política y el tratamiento de la información, desde su perspectiva ¿Qué es lo más preocupante de esta sociedad española? ¿El desconocimiento de todos estos asuntos como afecta directamente al ciudadano de “a pie”?
Ahora mismo vivimos un tiempo de gran incertidumbre, con subida de precios y una guerra que no se sabe cuándo ni cómo acaba. Es preocupante el aumento de las desigualdades. Los niveles de deuda, de encarecimientos o de gastos superfluos los acaba pagando el ciudadano. El periodismo es uno de los oficios que debe estar para contarlo, pero no siempre se hace y ya se cuidan algunos de que no todos los informadores estemos para contarlo.
¿Desde cuándo llevamos con este oscurantismo, es algo de las últimas generaciones político-sociales o vienen incluso desde el principio de la democracia?
El poder y el dinero siempre han explicado muchos casos de censura y de autocensura. Del tiempo que vivimos, me interesa denunciar que puede haber políticos de uno y otro signo que no respetan el trabajo de los periodistas y que quieren solo a aquellos que les doren la píldora. No digo que ocurra de forma generalizada, porque también hay mucha gente honesta, pero que ocurre con dirigentes de distintos partidos es así. Los intereses políticos y económicos explican estas relaciones con el periodismo que no siempre son sanas precisamente.
No es algo que casi nadie haya llegado a denunciar antes, ¿Por qué usted y qué ha ocurrido para que decida dar este paso? Supongo que, ¿Es muy difícil y duro ir contra lo establecido incluso en el mundo de la comunicación de donde usted proviene?
No soy el único. Hay muchos casos de periodistas que han contado las amenazas y navajazos sufridos contra la libertad de prensa. En mi caso, parte de haber hecho programas de televisión que tenían audiencia, que no mentían, pero que se han quitado. Tener ese tiempo me ha permitido escribir “No quieren que lo sepas” y visitar un montón de lugares donde me encuentro con la gente que puede venir a preguntar. Son actos de entrada libre y pregunta quien compra el libro y se hace una foto, pero también quien no lo compra, por supuesto. En cuanto a ir contra lo establecido, sin duda muchos piensan que lo cómodo es rendirse o ceder ante los poderosos para sacar un rédito.
Entrando en materia más concreta, ahora que está en el ojo del huracán el cambio de jueces en el CGPJ y en el Tribunal Supremo, dos preguntas ¿Tan importante es que los poderes legislativos controlen los poderes judiciales y qué no conocemos de cómo se maneja esto en los altos poderes bien sean políticos o incluso económicos?
Lo cuento en el libro. El sistema judicial en España es una vergüenza. Según encuestas oficiales, una mayor parte de españoles considera que la justicia no es igual para todos. Esto es demoledor para una democracia. La politización, el récord de aforados, las prescripciones, la inviolabilidad o la falta de medios son factores denunciables. Aquí ha habido una justicia a la medida para corruptos como el emérito y se puede machacar a un ciudadano medio. La impunidad es un lastre para una democracia.
Una pregunta que se harán mucho nuestros lectores ¿Cómo afecta a un ciudadano medio que los máximos jueces, sigan una línea u otra?
Para un ciudadano medio es mucho mejor una justicia con medios que es ágil, que tiene medios o que condena con ejemplaridad o recupera lo robado que es de todos.
Igual que con los jueces, tal y como está la economía ahora mismo, especialmente con la luz, el gas y los combustibles ¿Qué diría usted que desconocemos los ciudadanos y por tanto si la situación que atravesamos es la realidad que nos tocaría en cualquier caso o está condicionada por asuntos que desconocemos y pertenecen más a los grandes holdings económicos u oligopolios?
Vivimos una guerra por el poder, por el dinero y por la información. Hay actores económicos que están ganando sin parar, mientras las clases trabajadoras se empobrecen. Para que la gente trague con esto conviene que los ciudadanos no sean demasiado conscientes de lo que ocurre. Es mejor que no haya demasiada programación televisiva que les haga pensar en horarios de máxima audiencia, por ejemplo. Te hablo de una consecuencia de estas relaciones de poder. Hay muchas más.
Dice usted que “la gente estamos viviendo cada día robos a cara descubierta con traje y corbata”, ¿Cuál es el mayor robo que, bajo su punto de vista, estamos sufriendo y quien lo está encubriendo?
Mira lo que están ganando los poderes financieros y bancarios, las empresas energéticas de electricidad y combustible, la industria de las armas o lo que se está encareciendo el coste de la vida para el ciudadano medio. Observemos también el deterioro de servicios públicos como la sanidad, donde al mismo tiempo hacen negocio con la privada. Por cierto, el bajón económico no es únicamente por la guerra. Ya había empezado antes. Hay ciclos y tocaba. La guerra lo ha complicado.
Toda esta realidad actual, ¿Cree que es un problema que hay países que ya lo han solucionado o no hay ninguno que haya avanzado hacia esa transparencia? Hay muchos países que estarán igual o peor que España, ¿pero mejor?
En España tenemos cosas positivas como nuestros creadores, nuestros científicos, personal sanitario, un entorno natural maravilloso, nuestro patrimonio, nuestra gastronomía… Por supuesto que sí. Pero en niveles de transparencia, de igualdad, de justicia, de corrupción, tenemos mucho que mejorar y hay que seguir haciéndolo. De varios países podemos aprender de su transparencia, su sistema educativo, la inquietud cultural, la movilización, los niveles de corrupción…
Supuestamente en los últimos años hemos tenido algunos intentos de regeneración política con la creación de nuevos y potentes partidos políticos que pretendían un cambio social y económico. Su decadencia parece clara, ¿Tan fuertes son esos amigos invisibles que no han podido prosperar o simplemente han caído por otras cuestiones?
No hay amigos invisibles. Eso está muy bien para las películas. Al final los que hacen y deshacen tienen nombres y apellidos. Otra cosa es que no sean ni dos ni tres personas. El “establishment” tiene más acceso a medios o a poderes económicos que ayudan o pueden hundirte. Esta pregunta es muy larga de contestar. Intento sintetizar. En los nuevos partidos ha habido errores propios y campañas de acoso y derribo ajenas y nada democráticas. Las dos cosas. En todas las formaciones políticas hay promesas de cambios y en todas hay guerras internas lamentables, como seguimos viendo.
Si le preguntara ¿Quién manda en realidad, no en España como país sino en España como sociedad? me contestaria que los políticos, que las grandes compañías, que los medios de comunicación….
En una democracia, debe mandar la soberanía popular, el poder del pueblo delegado en gobernantes a los que se elige periódicamente. La política en democracia es imprescindible y muchos dirigentes intentan hacerlo lo mejor posible, cada día, en el ámbito local, autonómico, nacional o internacional. Ahora bien, las enormes fortalezas económicas de actores como fondos de inversión, magnates económicos y los medios de comunicación, por supuesto que tienen un poder enorme. Y cada vez más. Es el gran desafío para las democracias políticamente hablando. Porque además muchos de estos actores son insaciables y piensan más en un balance que en la justicia social.
De todo eso que no quieren que sepamos, ¿Por qué diría que es?, un tema de mantener un estatus social, por mantener grandes fortunas, por no confiar en los propios ciudadanos….
Los que están arriba quieren seguir ahí y algunos utilizan sucias artimañas para ello. Otros no, ojo; otros han ganado dinero o cargos políticos y son buena gente y actúan como tal. Aquí no se trata de demonizar en general a nadie. Sí que debemos poner luz en puntos oscuros que son el colesterol de nuestra democracia.
Usted cree que, mande quien mande, ¿Tenemos solución?, ¿Es posible un cambio, una transparencia y una realidad social clara en igualdad para todos los ciudadanos?
Mande quien mande, la justicia social y los derechos y deberes se defienden. Creo firmemente en la cultura, que nos da conocimiento crítico para denunciar lo que está mal, lo haga quien lo haga. La democracia no es solo votar cada cuatro años. Un pueblo fuerte exige y persevera. Y tiene capacidad de encuentro, de pacto, pero también de ir al choque si es preciso defendiendo lo que es suyo también en la calle, cívicamente. No es recomendable ceder y que nos tomen el pelo.
Ya para ir finalizando, ¿Cuál es lo más importante que usted qué quieren que no sepamos?
La vida es un camino y, como tal, uno avanza e intenta descubrir, ir conociendo, aprendiendo. El principal hallazgo en esa senda que yo destacaría es que, por encima de las divisiones partidistas que intentan meternos en la cabeza, la principal clasificación está entre las buenas y las malas personas. El gran lastre es la mala gente, los que actúan sin escrúpulos, los trepas, los traidores, los que ejecutan según les conviene sin miramientos. Hay verdadera gentuza de distinto signo político. Ese es el quiste. Pero quedémonos con buscar y valorar a la buena gente, que también la hay cada día e intenta vivir y seguir avanzando sin pisar a nadie ni apartarlo del camino.
Próximamente va a presentar su libro y atenderá a todos los vecinos de Seseña con total claridad y sinceridad. ¿Qué nos vamos a encontrar con Jesús Cintora y que le gustaría encontrarse usted?
Que la gente venga y pregunte. Primero diré lo que pienso de cosas importantes que están pasando o que pueden pasar, después hay turno de preguntas y luego firmamos el libro de quien quiera y hacemos una foto con todos y cada uno, y lo que se tercie. A veces hemos terminado cantando.
¿Por qué ha elegido el municipio para la presentación de su libro?
Me escribieron desde el Ayuntamiento de Seseña y, como podíamos encajar la fecha y las condiciones para un acto, lo hemos hecho. Cada día me escriben o llaman para ir a un lugar distinto, pero no puedo ir a todas las partes. Hay quien se cree que uno va viajando por ahí a capricho y no es el caso. Deben darse unos mínimos. Y luego es bonito reunirse con quienes vienen y hasta celebramos que estamos vivos, que siempre es motivo de celebración. Siempre firmo así: salud y libertad.